RUTA TROTAMUNDOS
Medina de Rioseco
Medina de Rioseco
La Casa del Trotamundos se complace en presentarte una increíble experiencia de viaje en la hermosa localidad de Medina de Rioseco, la cual está situada en la serena meseta de Castilla. Esta ciudad es conocida por su rico patrimonio histórico que data de muchos siglos atrás. Como curiosidad, te contamos que en el año 1424, bajo el señorío de Alfonso Enríquez, se convirtió en la sede de la marina del reino castellano, un momento cumbre en su historia. Es por ello que te ofrecemos esta ruta turística para que puedas sumergirte en su encanto y descubrir todo lo que tiene que ofrecer.
¡No pierdas la oportunidad de conocer Medina de Rioseco con nosotros!
Donde comer:
– La Rúa: C/ San Juan, 25-34. Teléfono: 983 700 519.
– Casa Manolo: C/Armas, 2. Teléfono: 676 289 845.
– Santamaría: Plaza Santo Domingo. Teléfono: 983 700 746.
Pastelerías:
– Marina: Avda. Juan Carlos I, 6. Teléfono: 983 700 922.
– Cubero: C/ Lázaro Alonso, 38. Teléfono 983 700 313.
– Castilviejo: C/ Castilviejo, 4. Teléfono: 983 720 058.
Reservas Almazara Pago de Valdecuevas:
Medina de Rioseco su historia
El esplendor de esta ciudad –capital natural de Tierra de Campos-, comenzó a principios del siglo XIV. Las ferias y mercados, los ricos comerciantes, el ducado, la construcción de templos y palacios. Los artistas, arquitectos y artesanos quedaron bajo la tutela de la familia Enríquez, Almirantes de Castilla. En el siglo XVII Medina de Rioseco participaría en una de las obras más emblemáticas: la construcción del Canal de Castilla, que supuso una auténtica revolución industrial. En 1965 Medina de Rioseco fue declarada Conjunto Histórico Artístico y actualmente constituye una de las ciudades más atractivas para el turístico cultural por su historia, arte, tradiciones y entorno medioambiental.
Destaca su Rúa Mayor soportalada sobre postes de madera o piedra con casas de adobe y tapial con balcones de forja y aleros de madera. Las Puertas de Villa son de piedra de sillería como la de Ajújar, Zamora o San Sebastián. Cuenta con sus cuatro emblemáticas iglesias ‘catedrales’: Santa María, Santiago, Santa Cruz y San Francisco. La Concha del Canal, del siglo XVII, con sus edificios, es el muelle fluvial del Canal de Castilla más importante en su ramal de campos. Te invitamos a seguir esta ruta para descubrir los rincones más bonitos y encantadores de la ciudad.
Fue un antiguo convento de la orden franciscana fundado por la familia Enríquez. El convento estaba situado en el camino de ronda de la antigua muralla.
Edificio de estilo gótico iniciado el año 1491 y terminado, inusualmente pronto para la época, en 1520. El Museo de San Francisco, anteriormente Iglesia de San Francisco, (s. XVI) fue costeada y fundada por la Familia Enríquez, Almirantes de Castilla, y en su construcción participó Juan Gil de Hontañón. La obra fue dirigida por el arquitecto Rodrigo de Astudillo.
Antes convento franciscano, el espacio arquitectónico aparece definido por una única nave, cubierta por bóvedas estrelladas de estilo isabelino, con capillas laterales entre contrafuertes y coro alto a los pies. En su interior sorprende encontrar dos espléndidos retablos platerescos realizados en piedra, material poco habitual en este tipo de piezas. Ambos fueron llevados a cabo por Miguel de Espinosa en el siglo XVI.
Otras piezas de gran calidad que conserva el edificio son las estatuas en bronce de Dª Ana y Dª Isabel de Cabrera, esposa y cuñada del Almirante D. Fadrique, realizadas por Cristóbal de Andino en 1532 y las tribunas de órgano platerescas realizadas en yeso en 1536 por los Hermanos del Corral.
Actualmente alberga un magnífico museo de arte compuesto por innumerables obras de arte.
El museo ubicado en la Iglesia de Santa Cruz, cuenta con una importante colección de pasos de Semana Santa de los siglos XV al XX, junto con otros objetos de las distintas cofradías riosecanas.
El recorrido por el museo nos introduce en la Semana Santa de Medina de Rioseco, en sus pasos y procesiones, a la vez que nos permite admirar otros elementos de singular belleza pertenecientes a la iglesia de Santa Cruz, como el Retablo Mayor, el magnífico frontal de plata de Juan Sanz (1.759).
La iglesia de Santa Cruz, desde el año 2020 alberga el Museo de Semana Santa de Medina de Rioseco, ya que reúne las condiciones más óptimas para su visita en cualquier época del año. El templo, de estilo herreriano, de finales del siglo XVI, fue construido según las trazas de Felipe de la Cajiga. El interior está compuesto por una amplia nave central y capillas entre los contrafuertes, cuyas bóvedas barrocas fueron decoradas por Felipe Berrojo.
El Museo de Semana Santa cuenta con una importante colección de grupos escultóricos de los siglos XV, XVI, y XVII, de los más insignes imagineros castellanos, como Juan de Juni o Gregorio Fernández, o de sus talleres y escuelas, y otros más recientes (siglos XVIII, XIX y XX) de gran calidad artística, junto con todos los objetos simbólicos que acompañan a cada cofradía desde tiempos inmemoriales y los aspectos exclusivos de la Semana Santa riosecana.
La exposición, que ocupa unos 1.500 metros cuadrados, se organiza en áreas de contenido individuales pero relacionadas entre sí, uniéndose a las colecciones textos, fotografías y vídeos divulgativos, que ofrecen una visión general de este acontecimiento.
Comienza a construirse a finales del s. XV y en 1.516 el arquitecto Gaspar de Solórzano la concluye. Su esbelta torre barroca, obra del arquitecto riosecano Pedro de Sierra, se alza elegante sobre los cielos de la ciudad.
El interior de la iglesia, llena de detalles góticos, irradia el espíritu renacentista.
La planta se divide en tres naves separadas por pilares cilíndricos y cubiertas con bóveda de crucería realizada por los Hermanos Corral de Villalpando en los años 20 del s.XVI . En la nave central se erige el retablo mayor, con traza de Gaspar Becerra. En 1573, tras la muerte de éste, se encarga su ejecución a Juan de Juni, quien haría la mitad de la obra y encomendaría el resto a Francisco de Logroño y Pedro de Bolduque, encargándose del ensamblaje Gaspar de Umaña. En 1577, tras la muerte de Juni, Esteban Jordán se hace con la dirección de la obra, que concluye en 1590. El dorado y la pintura del retablo son obra de Pedro de Oña (1603).
En el lado del evangelio, separada por una magnífica reja de Francisco Martínez, fechada en 1554, se encuentra la Capilla de los Benavente. Bautizada por Eugenio D´Ors como la “capilla sixtina de Castilla”fue fundada en 1543 por el cambista Álvaro de Benavente para enterramiento de su familia. Juan y Jerónimo del Corral realizaron las obras de cantería y posterior decoración escultórica. En el ábside se encuentra un pequeño retablo labrado por Juan de Juni, dedicado a la Inmaculada en 1557.
En el lugar que ocupara el coro alto, en 1854, se trasladó la impresionante reja plateresca de Cristóbal Andino y la sillería procedente del coro del antiguo convento de San Francisco. A la derecha de la reja de Andino, y sobre una gran tribuna, se alza el deslumbrante órgano de Francisco Ortega, construido en 1732. Su aspecto exterior aparece remarcado por la presencia de una esbelta torre con remate barroco.
La Capilla funeraria de la familia Benavente fue mandada construir por Álvaro de Benavente en 1544. Situada en la antigua sacristía de la iglesia, es uno de los tesoros renacentistas. Aunque integrada dentro de la iglesia tiene valor de templo en sí misma: con retablo, coro, sacristía, tribuna, relicarios.
La capilla fue construida con finalidad funeraria y en alabanza de la Santísima Virgen. Las obras fueron realizadas por los hermanos del Corral, con decoración de labores de estuco policromado y dorado al estilo “miguelangelesco”, y pavimento de ladrillo y azulejo.
El magnífico retablo manierista es obra de Juan de Juni, y narra la historia de la Virgen en cinco bajorrelieves. Destacan tres sepulcros, con estatuas yacentes, que contienen los restos de seis miembros de la familia. La valiosa reja que cierra el conjunto es obra de Francisco Martínez.
La Cofradía penitencial de la Quinta Angustia y Soledad de Nuestra Señora encarga en 1664 la construcción de un salón para guardar sus pasos procesionales de La Crucifixión y El Descendimiento (s. XVII).
Edificio que mantiene hoy esta función, aunque en 1918 el salón se convierte en capilla, instalándose entonces un pequeño retablo con imagen de Jesús atado a la columna (siglo XVI)
Consta de un único espacio de planta rectangular, cubierto en el interior con viguería. En la fachada de cantería se abre una puerta de dos hojas y a los lados vanos circulares
Desde ella, cada tarde de Viernes Santo siguen saliendo los “Pasos Grandes”, los monumentales conjuntos de La Crucifixión y El Descendimiento, protagonizando uno de los momentos más espectaculares de la Semana Santa de Medina de Rioseco.
La leyenda del cocodrilo
Un viejo pellejo de caimán cuelga del cancel de madera de la entrada de la iglesia de Santa María. Lo más probable es que fuera traído como exvoto de las Américas por algún indiano riosecano aunque circula por la localidad una curiosa leyenda para explicar su procedencia.
Cuentan que cuando se estaba construyendo la iglesia, los obreros encontraban al día siguiente toda su faena destruida. No se sabía quién era el responsable de aquellas fechorías hasta que un día se descubrió al monstruo. Era un cocodrilo gigantesco que atemorizó a todos los que le vieron.
Nadie se atrevía a enfrentarse con el animal, así que reunidas las autoridades en concejo decidieron ante la falta de aguerridos voluntarios, proponer tal trabajo a un preso con el premio de su libertad si acababa con la fiera. Así fue como se ofreció un voluntario que acabó con el cocodrilo con una ingeniosa idea. Se disfrazó con espejos, lo que hizo que el animal al verse reflejado se quedara absorto, -no sabemos si con su belleza-, lo que aprovechó el héroe para acabar con su vida de un certero lanzazo.
Su construcción se inició en 1533 en el estilo gótico de la época con planta de salón, es decir, con sus tres naves elevándose casi a la misma altura, bajo la dirección del arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón, el más famoso y prolífico de su tiempo en Castilla…
La iglesia de Santiago reúne los más variados estilos artísticos, desde el gótico al barroco, pasando por el plateresco y el clasicista. Muestra de ello son sus tres portadas:
• La puerta del mediodía, con su coqueto atrio, realizada en estilo plateresco por Miguel de Espinosa.
• La portada norte, de estilo gótico flamígero, de traza de Rodrigo Gil de Hontañón.
• La portada principal, clasicista, de Alonso de Tolosa.
En su interior destaca el fabuloso retablo barroco de traza churrigueresca de la capilla mayor, cuyo trazado corresponde a Joaquín de Churriguera, que fue realizado por el gran escultor riosecano, Tomás de Sierra, en torno a la vida y leyenda del apóstol Santiago.
Las bóvedas de sus tres naves, ejecutadas por Felipe Berrojo en el s. XVII, poseen una gran belleza.
En la sacristía cabe destacar algunas piezas como el Cristo de la Clemencia de Pedro Bolduque, así como su bóveda de crucería, debida a Gil de Hontañón. En una pequeña sala dentro de la sacristía se encuentra la capilla de la Vera Cruz (s. XVII), con frescos barrocos de gran colorido y valor artístico.
Canal de Castilla
El Canal de Castilla en Medina de Rioseco es un lugar de visita obligado. Junto a su dársena, se hayan los antiguos almacenes, hoy reconvertidos para uso turístico como Centro de Recepción de Viajeros con una exposición permanente sobre la historia del Canal, y el embarcadero del «Antonio de Ulloa», que surca sus aguas. Las entradas para los paseos en barco se adquieren en valladolidesvino.es
También es posible alquilar canoas, car a pedales y bicicletas en el buen tiempo.
Junto a los antiguos almacenes puede verse la casa del encargado del muelle, que luce un reloj de sol en su fachada.
La Fábrica de Harinas «San Antonio» situada junto a la dársena del Canal de Castilla, que servía en sus años de esplendor a la molturación del grano, es hoy en día un museo.
Industrias como las harineras o las de papel se instalaron en las orillas del Canal, incluso las dedicadas a la reparación de embarcaciones. Un ejemplo es esta fábrica de harinas que conserva toda su maquinaria. Muy interesante para todo aquel que visita el Canal y quiere tener una visión completa de lo que fue en su día.
La presencia del Canal, que servía de medio de transporte y de fuerza motriz para sus turbinas, hizo que proliferaran a sus orillas instalaciones fabriles dedicadas a moler cereales, como la cebada y trigo entre otros.
En Medina de Rioseco se conservan dos fábricas de harina y un molino, construidos en el siglo XIX, que aprovechaban la fuerza motriz del conducto que desagua a través de tres saltos.
La primera y más importante es la Fábrica de Harinas «San Antonio», y está situada junto a la dársena del Canal de Castilla, realizada en piedra de sillería, ladrillo y argamasa en su parte externa. Destaca por las espectaculares y cuidadas instalaciones donde se conservan la turbina, los molinos, los cernedores y máquinas de limpia. En su interior podremos ver cómo funcionaba esta harinera, su proceso de molturación. Es un claro testigo de la Revolución Industrial que supuso el Canal en la meseta castellana.
Fábrica La Pura, es otra harinera situada en el segundo salto, su planta es más compleja pero con igual ritmo vertical en las ventanas.
Y por último, en el tercer salto se encuentra el molino maquilero Santa Rita.
Almazara Pago de Valdecuevas
Si te apetece perderte por un olivar y aprender cómo se produce el aceite y cuáles son las diferentes clases de aceituna, entonces te interesa el oleoturismo: un viaje en busca de los secretos del oro verde.
En Medina de Rioseco puedes visitar una almazara en el Pago de Valdecuevas, paraje muy próximo al cerro del Moclín, (donde tuvo lugar la histórica batalla contra los franceses), que te permitirá conocer y saber diferenciar los distintos tipos de aceites, sus beneficios para la salud, e iniciarte en el apasionante mundo de la cata de aceite de oliva virgen extra (AOVE).
Para acercarte a la almazara por la N-601 desde Valladolid a Medina de Rioseco, antes de cruzar el puente sobre el río Sequillo, gira a la derecha por un camino ancho y continua recto hasta el primer camino a la derecha que sube al páramo. Sigue camino unos 2,6 km hasta la almazara situada en el Camino Buenaventura s/n.
Gastronomía
Donde comer:
– La Rúa: C/ San Juan, 25-34. Teléfono: 983 700 519.
– Casa Manolo: C/Armas, 2. Teléfono: 676 289 845.
– Santamaría: Plaza Santo Domingo. Teléfono: 983 700 746.
La riqueza gastronómica de Medina de Rioseco y por ende, de la comarca de Tierra de Campos, destaca por lo tradicional de su cocina, que de generación en generación, ha dado origen a una identidad propia.
Uno de los manjares principales de esta zona y que cada vez adquiere más prestigio es el pichón, pero en el menú no puede faltar un buen cocido castellano, sopas de ajo, potaje de garbanzos o pisto castellano.
La repostería es la joya de la gastronomía riosecana. Los bollos de baño y aceite, las pelusas, las afamadas marinas, los abisinios, y una larga lista, endulzarán los paladares más exquisitos.
Los productos de la huerta, de la matanza, de la caza y el afamado lechazo constituyen una oferta gastronómica de máxima calidad.
Pan y repostería
Pastelerias:
– Marina: Avda. Juan Carlos I, 6. Teléfono: 983 700 922.
– Cubero: C/ Lázaro Alonso, 38. Teléfono 983 700 313.
– Castilviejo: C/ Castilviejo, 4. Teléfono: 983 720 058.
El pan de Medina de Rioseco y por extensión de toda la comarca terracampina es, sin duda, uno de los manjares más exquisitos, así como la amplia oferta de dulces y repostería. El pan candeal de Medina de Rioseco tiene gran fama en sus distintas variantes. También denominado “sobao” o bregado, toma este nombre, debido a que antiguamente en Castilla, era la variedad de trigo por excelencia, que molturado, daba una harina con unas cualidades ideales para la elaboración de este pan.
En cuanto a repostería, amplia es la oferta de productos que podemos encontrar en las distintas panaderías o reposterías de la ciudad, desde los afamados “marinas” hasta las rosquillas de palo, que en épocas determinadas adquieren formas especiales, como el famoso pan de anís de la Semana Santa riosecana, bollos de aceite y baño, abisinios, pastas caseras, tortas de chicharrón, periquitos, amarguillos, pelusas.